En términos simples, hay despido injustificado cuando se aplican mal alguna de las causales de despido. Es aquí donde es importante para los empleadores redactar correctamente las cartas de despido, y, para los trabajadores, leer correctamente el motivo por el cual se les despide.
Si en un juicio laboral se ha declarado que el despido injustificado, por regla general, tienes derecho a indemnización en los siguientes términos:
La indemnización sustitutiva de aviso previo, es decir, un mes de tu remuneración.
La indemnización por años de servicios, aumentada esta última con un recargo legal que va del 30% al 100%, es decir, otro mes de tu remuneración por cada año o fracción superior a 6 meses que hayas trabajado en la empresa. Por ejemplo, si trabajaste un año y 8 meses, se pagan 2 meses de remuneración por este concepto.
Vacaciones proporcionales.
Cualquier otro item que se deba a la fecha: salario, gratificación, bonos, etc.
Todo esto, sin perjuicio de otras acciones paralelas, como lo son, típicamente, la acción de tutela por vulneración de derechos fundamentales o la nulidad del despido por ley bustos.
En este contexto, la Carta de aviso de despido tiene vital importancia.
En la carta de aviso de despido, es sumamente importante que sea detallada sobre los motivos justifican la causal de despido. Que tanto detalle dependerá de la causal invocada. Esto es importante tanto para empleador como para el trabajador.
Si el empleador toma la decisión de desvincular un trabajador por un incumplimiento grave, deberá argumentar porque es «grave» y por qué hace imposible continuar con la relación laboral, pues existe jurisprudencia que declara injustificado un despido cuando la carta es poco clara, escueta o no justifica la aplicación de la causal.
Desde el punto de vista del trabajador, es importantísimo justamente por lo anterior, pues si su empleador no justifica bien el despido, es un antecedente importante para solicitar el despido injustificado.